Acercaos, amigos: es hora de hablar del tema favorito de todos los británicos: el tiempo. Ahora, no estoy seguro de si te has dado cuenta, pero ha sido bastante lloviznoso y, desde luego, nos está quitando el ánimo primaveral y veraniego.
Con los rumores de que este verano va a ser uno de los más lluviosos de la historia, no es de extrañar que nos Londinenses nos compadecemos un poco de nosotros mismos. Y por mucho que me gustaría venir con noticias mucho más brillantes (y secas), parece que la lluvia va a seguir cayendo.
Londres corre un riesgo cada vez mayor de sufrir inundaciones repentinas, algo que los expertos han calificado como uno de los mayores riesgos medioambientales a los que se enfrentan los habitantes de la ciudad capital. Tras las graves inundaciones que sufrió la ciudad en 2021, un informe publicado por la London Climate Resilience Review concluyó que Londres estaba «insuficientemente preparada» para el cambio climático y se refirió a las inundaciones repentinas como un «riesgo letal» para los londinenses. Oh, oh.
Como nuestra jungla de cemento es tan… bueno… de cemento, Londres es incapaz de absorber grandes cantidades de agua de lluvia. Esto hace que se saturen los sistemas de drenaje y se inunden las calzadas. Entonces, ¿qué se puede hacer al respecto? Pues bien, una solución propuesta es convertir Londres en una «ciudad esponja«.
¿Qué es una «ciudad esponja»?
Una ciudad esponja es esencialmente una zona urbana diseñada específicamente para absorber grandes cantidades de agua de lluvia. Para crear una ciudad esponja, los espacios más absorbentes como parques, se construyen humedales, estanques y ríos en la ciudad para evitar la necesidad de evacuar el agua por las tuberías de alcantarillado. Además de prevenir las inundaciones, las ciudades esponja ofrecen otras ventajas, como más comunidad espacios verdes la mejora de la calidad del aire y del agua, y de la biodiversidad.
Sin embargo, ha surgido la preocupación de convertir Londres en una ciudad esponja debido a la falta de espacio para albergar las zonas más esponjosas, así como al elevado coste que ello supondrá. La eficacia de las ciudades esponja se sigue probando en todo el mundo. Pekín, Aukland, Toronto y Nueva York se encuentran entre las actuales ciudades esponja del mundo.
Se ha criticado a las ciudades esponja por estar diseñadas para hacer frente a los problemas del presente, en lugar de a las causas a largo plazo del cambio climático. Aún no está decidido si Londres se convertirá o no en una ciudad esponja, pero se están llevando a cabo debates y estrategias, con el objetivo de crear un entorno más sano y un futuro más resistente.