El pub The Greyhound, uno de los pilares de Peckham, reabrió sus puertas a principios de este año (2024) y, a partir de agosto, dio la bienvenida a su primera cocina residente, Natty Can Cook. Disponible seis días a la semana, Natty Can Cook -dirigido por Nathaniel Mortley, vecino de Peckham- ofrece a los comensales una versión gastronómica de los platos caribeños, con especial atención a la cocina jamaicana. Intrigado por este encuentro entre lo casual y lo gastronómico, fui yo mismo a ver Natty Can Cook. Sigue leyendo para leer la reseña completa y las cinco razones por las que tú también tienes que ir.
1. 1. La comida
El restaurante Natty Can Cook, situado en The Greyhound, ofrece platos para compartir de inspiración jamaicana con presentaciones de alta cocina. El menú es variado, con entrantes, platos, platos principales y postres, servidos en una cocina abierta. Natty sin duda sabe cocinar, porque me hizo disfrutar de platos que normalmente me resultarían indiferentes. No soy muy amante de la mantequilla, pero me comí el roti a la parrilla, con su forma única de crujirlo ligeramente y su sabor picante. Simple, pero hermoso.
Mis favoritos absolutos de la noche fueron el cangrejo de caparazón blando, con su perfecta yuxtaposición de capa crujiente y carne blanda; y el filete bien sazonado, que se derrite en la boca, con jugo de rabo de toro. Como no me gusta el queso, descarté la hamburguesa de pollo r*sscl*rt (sí, así se llamaba, y nos reímos un rato), pero mi compañero me aseguró que era «perfecta», gracias a su relleno de plátano macho blando y maduro, sobre un crujiente pollo recubierto. De postre, me enamoré de la tarta de plátano. Suave, húmedo y con el punto justo de dulzor… Podría haberme comido cuatro.
2. Las bebidas
Seamos sinceros, las bebidas no eran más que los teloneros del maravilloso espectáculo que era la comida, pero estaba claro que se seguía dedicando tiempo a perfeccionarlas. Por supuesto, con la comida jamaicana tenía que venir un ponche de ron. El que se sirvió en The Greyhound tenía un buen sabor -se podía saborear el Wray & Nephew- y se tomó sin problemas. También había una selección de otros cócteles clásicos, algunos de los cuales se podían convertir en mocktails previa petición.
Si prefiere la cerveza, la cerveza rubia, el vino o los refrescos, también tiene la opción; al fin y al cabo, The Greyhound es un pub.
3. La historia de la residencia
Podría decirse que la comida es la mejor razón para probar esta residencia, pero la historia que hay detrás de la marca también es importante. Natty creció en Peckham y, tras ser apuñalado a los 16 años, se dedicó a la hostelería para no meterse en líos en la calle. A lo largo de su carrera, trabajó en varios restaurantes de alta cocina, como Oblix, en The Shard, y el City Social, galardonado con una estrella Michelin, e incluso atendió eventos de alto nivel, como los Juegos Olímpicos de 2012.
Sin embargo, los años no estuvieron exentos de desafíos y discriminación, y en 2019, Natty volvió a caer temporalmente en la delincuencia; durante su estancia en HMP Brixton, continuó haciendo de cheff como parte de The Clink Project, y desde su liberación, ha trabajado duro para llevar la alta cocina caribeña a la vanguardia en Londres. Y lo que es aún más importante, su misión es dirigir un espacio que ofrezca oportunidades en el ámbito de la restauración para romper el ciclo de los ex convictos : Natty señaló que el 87% de los que participaron en The Clink Project no han vuelto a delinquir.
En los últimos años, Natty ha perfeccionado este concepto bajo el nombre de Natty Can Cook, ganando adeptos en las redes sociales y en espacios para eventos privados; y ahora la residencia permanente en The Greyhound, a tiro de piedra de donde creció.
4. El servicio
Cenar en Natty Can Cook es algo más que la comida que ingieres: es toda una experiencia (como esta reseña, eh). En The Greyhound, es un asunto de familia: La familia de Natty se une para servir los platos, charlar con los clientes y, en general, hacer que toda la experiencia resulte familiar. Es un arte que se ha perdido en muchos restaurantes y pubs, y aquí lo hemos encontrado.
El propio Natty es un anfitrión carismático: cuando puede, se toma su tiempo para salir de detrás de la cocina abierta y charlar con cada mesa. Este tipo de cosas llevan el servicio atento al siguiente nivel y animan a los comensales a volver una y otra vez. Su descarado eslogan de Instagram es «el cocinero favorito de tu chica», y con su encanto, era fácil ver por qué.
5. El local
La residencia Natty Can Cook ocupa el histórico pub de Peckham, The Greyhound. El edificio victoriano fue reabierto a principios de este año (2024) por The Cause (empresa de ocio nocturno del este de Londres), y cuenta con dos plantas. En la planta baja se sirven cenas, concursos, karaoke y retransmisiones deportivas en directo, mientras que en el sótano suelen celebrarse noches de DJ. El pub cuenta con todas las comodidades que cabe esperar de un local, perfecto para las noches de invierno. Cuando el tiempo vuelve a calentar, también hay una zona al aire libre.
Para concluir esta reseña de la residencia Natty Can Cook, Natty definitivamente sabe cocinar. La comida no sólo sabe muy bien, sino que también está muy bien presentada, y viene como un paquete completo, envuelto con un servicio ejemplar desde la entrada hasta la salida. Nos informaron de que están preparando nuevos menús, incluido un menú de bebidas y un asado dominical, así que planearemos nuestra próxima visita a partir de ahora. Estén atentos.