
Sé que a veces es difícil de creer, pero en nuestra jungla de hormigón hay algo más que tubos estrechos, viajeros y, bueno… hormigón. En lo alto de una colina de Greenwich, por ejemplo, hay un lugar secreto rodeado de bosques centenarios y aire puro. Una joya tan escondida que incluso algunos de los londinenses más experimentados aún no la han descubierto.
El castillo de Severndroog, que domina la ciudad en todo su esplendor histórico y gótico, es uno de esos lugares que parecen salidos directamente de las páginas de un libro de cuentos. Cuenta con unos interiores impresionantes y un salón de té muy coqueto, pero es en la cima de una escalinata muy trillada donde te quedarás sin aliento, aunque hablaremos de ello más adelante.
La historia del castillo de Severndroog
La torre, catalogada de Grado II, fue construida en uno de los terrenos más altos de la ciudad en 1784 por Lady James de Eltham. Bautizado con el nombre de una fortaleza india que fue asaltada y destruida por su difunto marido, Sir William James, el castillo de Severndroog fue decorado con techos ornamentados, tallas detalladas y elegantes lámparas de araña por Lady James -una mujer de gustos caros, por lo que parece- y el resto es historia.
A decir verdad, el castillo tiene un currículum impresionante. En una novela infantil de E. Nesbit de 1901 se habla de él como la «Torre del Misterio». Durante la Segunda Guerra Mundial se instaló una línea telefónica directa con Whitehall, ya que la altura de la torre la convertía en un mirador perfecto. A pesar de haber estado tapiada y abandonada hasta 2004, Severndroog sigue siendo un lugar opulento. Sin embargo, hay algo que se echaba de menos en su currículum. Contrariamente a su nombre, el castillo de Severndroog no es en realidad un castillo. Es tan castillo como el Dr. Dre es médico y el profesor Green es catedrático. Así que, en pocas palabras, no lo es. Pero tienes que fingir hasta que lo consigas, ¿verdad?
Crédito: @severndroogcastle
El Castillo de Severndroog en la actualidad
El castillo de Severndroog está bien equipado para pasar un buen día en la ciudad, aunque el tiempo no acompañe. El salón de té de la planta baja sirve una deliciosa selección de refrescos y el interior del castillo bien merece una visita. También hay un mercado mensual en el que puedes echar un vistazo a los puestos de artesanía y comprar deliciosos productos, así como otros eventos que se celebran durante el verano. Pero el acontecimiento principal está en la azotea, donde te sentirás, literalmente, en la cima del mundo.
El mirador, situado a 132 metros sobre el nivel del mar, es uno de los puntos más altos de la Gran Manzana y ofrece unas vistas que te dejarán boquiabierto. En un día despejado, Severndroog domina la friolera de siete condados y, con unos prismáticos decentes, se supone que se puede ver hasta el Castillo de Windsor. Te lo aseguro: si alguna vez necesitas uno de esos momentos en los que dices «qué suerte tengo de vivir aquí», éste es tu sitio.
¿A qué espera? Coge tus prismáticos y desempolva tus botas de montaña. Es hora de añadir el castillo de Severndroog directamente a su lista de lugares que hay que conocer.
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📍 Castlewood Drive, Shooters Hill, SE18 3RT.