No todos los días se puede uno aventurar bajo las trilladas calles y los estruendosos ferrocarriles de Londres para descubrir un laberinto de salas que ahondan en los misterios de la ciencia, el folclore y lo oculto. Dark Secrets es una experiencia esclarecedora con más de 1.000 objetos auténticos y la mayor colección de muñecas malditas del mundo. Pensamos que había llegado el momento de entrar en el espíritu de la espeluznante temporada y descubrir las raíces de algunas de nuestras inspiraciones favoritas de Halloween. Sigue leyendo para leer nuestro análisis de la esotérica exposición…
¿Dónde se encuentra la exposición Dark Secrets?
Es lógico que su viaje a lo desconocido esté escondido en los arcos de ferrocarril decorados con graffiti bajo la estación de Waterloo. Digo oculto porque la naturaleza única de The Vaults, que alberga teatro de inmersión y artes alternativas, hace que a menudo esté repleto de visitantes que fotografían los vibrantes túneles o buscan explorar algo nuevo. Puede dirigirse a Leake Street para unirse a los curiosos y comenzar su propio viaje de descubrimiento en la exposición Dark Secrets.

¿Qué encontrará dentro de la exposición?
Cada paso que se adentra en las sombras de Dark Secrets le hará sentir como si hubiera tropezado con un misterioso búnker que contiene todos los conocimientos que los libros de historia al uso olvidaron mencionar. En el interior le esperan más de 27 salas temáticas con carteles informativos y armarios repletos de rarezas, recreaciones de manuscritos medievales, herramientas rituales y mucho más. Intrigante es poco.
Rápidamente descubrimos que hay algo para todos los gustos, con una amplia gama de temas tratados. Tanto si se trata de una fascinación por las hadas desde aquella vez que juraste ver alas revolotear por la ventana después de que se te cayera tu primer diente, como de un interés devoto por los vampiros inspirado por las noches leyendo historias míticas de sed de sangre o una eterna reflexión sobre si el alma existe… te irás con muchas preguntas contestadas, pero también con muchas nuevas reflexiones que, descubrirás rápidamente, consumirán tus pensamientos cotidianos.
Lo más destacado
Esta exposición esotérica despierta al investigador que llevamos dentro. Las sirenas, las apariciones fantasmales y los rituales satánicos no eran habituales en mis pensamientos cotidianos, pero me vi rápidamente absorbido por este mundo de historias y supersticiones.
Podría culpar a la atmósfera, que te atraía con una ominosa iluminación de neón rojo y una quietud propia de una biblioteca, sólo interrumpida por las conversaciones susurradas de otros visitantes, o podría deberse a la gran cantidad de información que parecía brotar de todos los rincones. Era la encarnación de la frase «todos los días se aprende algo nuevo». Sabías, por ejemplo, que en Rumanía existe la superstición de que pegar a los animales hará que tus hijos se vuelvan peludos (por si necesitas un incentivo extra para no ser una mala persona).
En última instancia, sin embargo, fue la salvaje colección de curiosidades lo que captó mi atención y mi imaginación. Piense en un altar satánico de la colección personal de un cantante de heavy metal, pinturas malditas de niñas de cara pálida, libros antiguos estampados con huellas de manos cenicientas e incluso una cámara antigua del siglo XIX, utilizada en un intento de capturar espíritus durante una sesión de espiritismo. Todo extraño, pero bastante fascinante.
Es fácil olvidarse del tiempo mientras se deambula por las salas, pero la naturaleza flexible de la exposición permite ir completamente a su ritmo y centrarse en sus intereses. Los numerosos monstruos, deidades y mitos del folclore me engancharon, mientras que la masonería no captó mi imaginación de la misma manera. Es algo totalmente subjetivo.
Además del folclore, entre mis atracciones personales se encontraban una sala que exploraba las supersticiones en el deporte (¿quién iba a decir que existía un vínculo entre el boxeo y la magia negra?), la oportunidad de convertirse en un fantasma que tocaba el piano (sin necesidad de morir) y, sorprendentemente, la sala de las muñecas malditas, que resultaba inquietantemente intrigante con su variedad de figuras que no parpadeaban y de las que se decía que contenían de todo, desde espíritus inquietos hasta penas contagiosas… escalofríos. Ah, y como cinéfila, por supuesto que me gustó la sala que explora el esoterismo en el cine.
Recomiendo estar atento a los «Cuentos curiosos». Se trata de paneles que se pueden encontrar en cada sección y que ofrecen información adicional, como una estadística o un dato sorprendente; por ejemplo, descubrirá cómo evita Escocia la ira de las hadas. Le recomendamos que tome nota.
Tenga en cuenta
Como ya se ha dicho, esta amplia exposición contiene mucha información, y a veces resultaba un poco difícil de asimilar. En retrospectiva, yo la trataría más bien como una lectura de selección y mezcla, es decir, intentando no leer cada dato y dejando que sean los objetos y las imágenes los que hablen. Aunque, si se dispone de tiempo, es el lugar perfecto para pasar las horas en un día lluvioso o una tarde fría.
En «Dark Secrets», la oscuridad es literal. Esto es a la vez un punto fuerte, ya que ayuda a crear una atmósfera inquietante, y en algunos casos, un poco molesto. A veces me veía obligado a acercarme mucho para ver los hechos, porque la iluminación de tipo foco dejaba parte del texto en la penumbra.
Está claro que Dark Secrets: The Esoteric Exhibition cumple los requisitos de «oscuro» y «secretos». Es muy entretenido: en un momento puedes estar examinando los curiosos utensilios de un kit de caza de vampiros del siglo XIX, y al siguiente paseando por una galería de cartas de tarot gigantes (a mí me atrajo inexplicablemente la carta de El Loco, pero puede que sea sólo por el perro que aparece en ella).
También hay algunos elementos que provocan escalofríos, como un feto calcificado, esqueletos y una recreación bastante truculenta de un asesinato de Jack el Destripador que puede asustar a los más aprensivos, pero se equilibra con algunos datos y cifras esclarecedores. Éstas también ayudan a desmentir algunas de las historias más fraudulentas que hemos oído por ahí. Por no hablar de la aclaración de algunos mitos que implicaban una turbia reconstrucción del esqueleto.
Así que, aunque esta exposición puede no ser para todo el mundo -esta vez puede dejar a los niños en casa-, para los curiosos es un viaje bienvenido, extraño y, en algunos casos, bastante maravilloso, por la madriguera del conejo del esoterismo.



