Ya sea por el eterno invierno que estamos padeciendo, por los turistas que parecen incapaces de situarse a la derecha o por las listas de tareas pendientes que se asemejan a la extensión de una novela; los londinenses sí que somos un grupo estresado. Por eso, supongo que es muy conveniente que el balneario más antiguo de Londres acabe de abrir sus relajantes puertas, dispuesto a relajar los hombros incluso de los habitantes más tensos de la ciudad, después de haber sido sometido a un cambio de imagen de tres meses (y 3 millones de libras).
El balneario de Porchester lleva casi 100 años en Queensway. Y como lleva casi un siglo pagando sus deudas, ya era hora de que este emblemático edificio catalogado de grado II* recibiera un poco de cariño. El balneario se ha sometido a tres meses de obras y ahora vuelve a estar abierto al público.
El balneario de Porchester, conocido por sus magníficos interiores de estilo art decó y por albergar varios elementos originales de la época en que se inauguró en 1929, es un lugar emblemático por derecho propio. El balneario cuenta con una piscina de 30 metros, dos estudios de entrenamiento, un gimnasio de varios niveles, dos salas de vapor, una sauna, una piscina de inmersión, una sala de relajación y tres tipos diferentes de baños turcos. Hay un tepidarium (templado), un caldarium (caliente) y un laconium (muy caliente). Es como el Nando’s del mundo termal.
¿Qué reformas se han hecho?
El gimnasio de tres niveles se ha renovado con siete nuevos aparatos. El balneario también introdujo un nuevo gimnasio sólo para mujeres como parte de la actualización, y el estudio principal de entrenamiento se ha transformado con nuevos suelos, paredes y espejos. Los techos se han reforzado y las paredes, techos y balcones se han pintado de nuevo. Y la piscina se ha renovado con una cubierta que retiene el calor para mejorar la eficiencia energética y una bomba de calor de fuente de aire (que reducirá en un 60% las emisiones de dióxido de carbono).
Créditos: @citywestminer vía Instagram
Nunca ha habido mejor momento para regalarse un poco de descanso y relajación. Y después de haber sido restaurado a su magnífica gloria de 1920, nunca ha habido un mejor lugar para hacerlo que en el spa más antiguo de Londres.
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