En el oeste de Londres, dentro de Holland Park, se encuentra un encantador oasis de calma. El Jardín de Kioto se encuentra casi en el centro del parque y es igual de cautivador tanto si se tropieza con él por casualidad como si se viaja con intención.
El Jardín de Kioto se construyó originalmente como un añadido al parque en 1991, para celebrar el Festival de Japón que se iba a celebrar en Londres en 1992. El parque fue un regalo de la ciudad de Kioto, en honor a la amistad entre los países de Japón y Gran Bretaña.

Holland Park también fue agraciado con una nueva adición en 2012, con la instalación del Jardín de Fukushima. El jardín se construyó «para conmemorar la sincera gratitud del pueblo japonés al pueblo británico por su apoyo tras el desastre natural que asoló Fukushima (Japón) el 11 de marzo de 2011.»
Imagen: @kelly.c.paz, vía IG
Características del Jardín de Kioto
El centro de todo es la famosa cascada, que gotea en un estanque con carpas koi nadando alrededor. Pero hay mucho más que ver que la famosa cascada. El jardín también cuenta con sinuosos caminos empedrados, linternas de piedra tradicionales japonesas y mucho más.
En nuestra humilde opinión, merece la pena visitarlo. No te limites a hacer una foto rápida y marcharte inmediatamente o te perderás algunas de las bellezas ocultas del parque.

Y con vistas como éstas, ¿quién necesita un billete de avión a Japón? Es probable que te pierdas tanto en los bonitos árboles y elementos japoneses que te olvides de que estás a un tiro de piedra de High Street Kensington.
La guinda del pastel la pone la manada de pavos reales que deambulan por el parque. Cuando estás haciendo una foto y una de estas coloridas criaturas entra en el encuadre, la toma es mágica. Son realmente impresionantes mientras recorren el parque.

Una pequeña dosis de reflexión tranquila aquí y realmente te sentirás uno con la naturaleza mientras te mezclas con la fauna local en Holland Park. Y no importa cuándo lo visite, porque es igual de cautivador en todas las estaciones de Londres.
Ya sea viendo cómo cambian de color las hojas, cómo florecen los cerezos, o echando un raro vistazo a las rocas y piedras cubiertas de nieve, o todo ello bañado por el cálido sol (igual de raro), el Jardín de Kioto es una maravilla durante todo el año.
Imagen: @travelertom, vía IG
Hay que tener en cuenta que durante las épocas más calurosas, puede haber mucha gente en las horas punta. Pero creemos que las vistas y los colores merecen la pena. Y por si fuera poco, la visita es GRATUITA.