Puede que pienses que en la capital todo son retrasos en el metro, cafés caros y colas interminables, pero escondido entre los frondosos rincones de la ciudad hay un lugar no tan secreto que está causando sensación (literalmente). National Geographic acaba de nombrar uno de los mejores lugares de baño salvaje de Gran Bretaña y, ¿adivina qué? Está aquí mismo, en Londres.
Si se imagina un lejano lago rural o un escarpado loch escocés, piénselo otra vez. Esta joya se encuentra en medio de la jungla urbana de la ciudad. Nos referimos nada menos que a los emblemáticos estanques de Hampstead Heath. Sí, esos estanques preciosos, ligeramente fríos y absolutamente encantadores a los que los londinenses acuden en masa desde hace décadas.
Hay tres estanques en total: el de los hombres, el de las mujeres y el mixto. Cada uno tiene su propio ambiente y un grupo de fieles nadadores que confían en la magia de estas aguas. En verano, están llenas de vida; en otoño, el agua se tiñe de un místico ámbar con el paso de las hojas; y en invierno, los valientes se zambullen para darse el legendario chapuzón de Año Nuevo. No se trata sólo de nadar: es toda una experiencia comunitaria, que se completa con jarras de té caliente, guiños amistosos y un sentimiento de pertenencia poco común en una ciudad tan grande.
¿Por qué son tan especiales los estanques de Hampstead Heath?
Más allá del impresionante entorno natural y el encanto histórico, es el hecho de que se puede nadar en la naturaleza sin salir de Londres. Londres. Mientras que otros lugares como las Fairy Pools de Escocia o Black Moss Pot del Distrito de los Lagos reciben mucho amor, Hampstead Heath ofrece una mezcla única de accesibilidad urbana y naturaleza salvaje.
Así que la próxima vez que necesite un descanso del ajetreo del cemento, sáltese el típico paseo por el parque y sumérjase en uno de los secretos mejor guardados de Londres. Acuérdese de su toalla, sus gafas y tal vez una botella de algo caliente, porque esto es nadar al estilo londinense.