En la vida hay muy pocas verdades universales innegables: Los pubs son mejores en verano, los parques son esenciales para las alondras al aire libre, y la Línea Central en verano es más caliente que la superficie del sol*. Y ahora, los datos nos dan la razón.
*Puede que esté catastrofizando.
Un nuevo estudio de Making Moves London ha revelado exactamente qué líneas de metro son las más calurosas y las más frías de Londres y, sorpresa, horror, grito ahogado, los resultados son tan sudorosos como cabría esperar. Sorprendentemente, algunas líneas registran diferencias de temperatura de hasta 5 °C más que a pie de calle, lo que significa que, incluso durante una ola de calor, no hay alivio bajo tierra.
La línea más calurosa del metro es la Central, con una temperatura de 30,3ºC. Hace más calor que un día de verano en Benidorm. De verdad, no sé si llamarlo ir al trabajo o cocinar a fuego lento.
Justo por detrás está la línea Bakerloo (porque, naturalmente, se está quedando atrás estos días), con un máximo de 29,2 ºC, y luego la línea Jubilee, con unos no tan fríos 28,3 ºC. Si lo que buscas es una hidratación facial instantánea con sales al-naturales, sólo tienes que pasar cinco minutos en cualquiera de estos malvados.
En el lado opuesto (y por «opuesto» nos referimos a «líneas que debería buscar»), la línea de metro más fría de Londres es la recientemente renovada Elizabeth Line, que se desliza a una brisa de 21,4°C. ¿Aire acondicionado, espacio para las piernas y comodidad? Es como viajar en metro en el siglo XX, cuando el metro era famoso por su frío.
En la categoría de «menos propensos a hacer sudar la camiseta» se sitúan el Overground (22,5 °C) y el DLR (23,2 °C). Básicamente, si es naranja o verde azulado, no hay problema.
Los datos, recogidos en junio, nos están ayudando a dar sentido a esta ola de calor. Si encendieras un horno y colocaras un Pret en todas las esquinas, eso es Londres ahora mismo. Y aunque no hay mucho que podamos hacer con las temperaturas bajo tierra, sí podemos empezar a programar los viajes para refrescarnos al máximo y sufrir los mínimos desmayos.
Así que, si estás planeando un viaje por nuestra legendaria ciudad, no lleves nada ceñido, mantén cargado ese ventilador de mano y, por el odio a todas las cosas malolientes, evita la Central Line en hora punta.
Manteneos frescos, londinenses secretos.